La pensión por discapacidad es un derecho, no un beneficio. Por Mamá Cultiva

Aquell@s que como nosotras saben de las dificultades de convivir con los padecimientos que las patologías de nuestr@s hij@s traen aparejados saben lo importante y necesario que resulta recibir una pensión por discapacidad.
La vida de una persona con discapacidad (y la de su círculo cercano) no sólo es más difícil: es más cara. Ese dinero, que a much@s puede parecerles insuficiente, es la diferencia que hace que nuestras familias puedan o no comer.
Las madres que integramos Mamá Cultiva dedicamos nuestra vida entera a la atención de nuestr@s chic@s: ell@s dependen de nosotras, por eso no podemos trabajar fuera de casa, no podemos percibir un salario por tarea alguna, estamos plenamente dedicadas a ell@s y eso afecta la posibilidad de acceder a un ingreso más para nuestras familias.
Con este avance sobre nuestros derechos no solo se pierde la posibilidad de percibir el monto estipulado, para el cual los solicitantes deben atravesar burocracia y evaluaciones médicas y psiquiátricas (solo quien las ha tramitado sabe de las dificultades para obtener una pensión por discapacidad), también – y esto es gravísimo – se pierde la posibilidad de la cobertura que brinda PROFE (cobertura de salud proporcionada por el Estado), dejando a quienes más lo necesitan expuestos y debilitados frente al sistema de salud.
La pensión por discapacidad es un alivio para tod@s aquell@s que se encuentran en nuestra situación. Solicitamos al gobierno de Cambiemos, al Presidente Macri y a la Ministra Stanley que revisen la decisión de quitar pensiones por invalidez, ya que contradice a la Convención de los Derechos de las Personas con Discapacidad, que tiene jerarquía constitucional en Argentina y reconoce a las personas con discapacidad como sujet@s de derechos y no objetos de asistencialismo.
Dicha quita afecta nuestra calidad de vida como familias de personas con discapacidades y nos hace retroceder institucional y socialmente como nación: un país que descuida a los vulnerables que lo habitan no es un país del que nos podamos sentir orgullos@s.