La Cumbre de los Pueblos terminó el domingo (16) en la Universidad Federal de Pará, en Belém, oponiéndose a las “falsas soluciones” para el clima y con un llamado a las autoridades mundiales por una transición de los modos de producción global que garantice justicia, soberanía y participación popular.
Una declaración construida a lo largo de dos años por pueblos de todo el mundo y firmada por 1.109 organizaciones sociales y movimientos políticos fue leída y entregada al presidente de la COP30, el embajador André Corrêa do Lago, quien se comprometió a llevarla a los espacios de negociación de la COP30 en la próxima sesión de alto nivel, que arranca este lunes (17).
El texto final de la cumbre repudia el modelo de producción global y todos los procesos que siguen su lógica capitalista, como la transición energética, las soluciones presentadas en las negociaciones formales de las COP e incluso el proceso de multilateralismo adoptado.
“La producción capitalista es la principal causa de esta crisis climática. Y como estamos dentro de este sistema, somos bombardeados con supuestas soluciones climáticas que, en realidad, son falsas soluciones”, dice Thauane Nascimento, integrante de la Comisión Política de la Cumbre del Clima.
“Por lo tanto, estamos totalmente en contra de cualquier falsa solución que se proponga como alternativa al combate a la crisis climática. Esas soluciones no van a cumplir su propósito”.
Según los organizadores de la cumbre, el uso de una lógica en la que prevalece el capital permite que las grandes empresas ocupen los espacios de toma de decisiones y estructuración de políticas públicas, para proponer estas “falsas soluciones” como alternativas a la crisis climática.
Agencia Brasil