El nuevo período de gobierno comienza con un proyecto de ley que promete fomentar y promover la industria editorial en Argentina. Consiste en la creación de un Instituto Nacional del Libro Argentino (INLA), que ya obtuvo aprobación en la Comisión de Cultura de la Cámara de Diputados a comienzos de noviembre. El documento fue redactado con la participación de diversos actores del circuito del libro y espera su aprobación parlamentaria. Por otra parte, la nueva gestión anunció que restituye el Plan Nacional de Lectura, desactivado por el macrismo, que implicará compras de títulos por parte del Estado.
“El INLA es una entidad que va a permitir que se sienten a dialogar en una misma mesa el Estado con el sector del libro. Va a haber un instituto, como pasa con otras áreas de la cultura (como el cine), pensando todo el tiempo cómo se puede mejorar y entender qué pasa con el sector. Una de las cosas más importantes es que tiene una mirada más holística e intenta incorporar a todos los actores del circuito”, dice Víctor Malumian, fundador de la Ediciones Godot y uno de los tantos convocados para exponer en el Congreso de la Nación sobre qué enfoque debería tomar el proyecto de ley.
Carlos Díaz, que reinstaló la editorial Siglo XXI en Argentina en el año 2000, recuerda que ya hubo otro intento de fundar un instituto que fomentara la producción editorial en el país hace más de diez años: “Daniel Filmus retomó la idea, la pulió y la mejoró. Para eso contrató a un par de especialistas del mundo de la edición, dos sociólogos (Alejandro Dujovne y Heber Ostroviesky) que lo ayudaran a armar bien el proyecto y tomó referencias de otros países. La propuesta que presentaron es superior a la versión anterior. Leí el proyecto y lo apoyé. Me parece una buena iniciativa. La Argentina tiene una tradición y una potencia editorial en América Latina y, sin embargo, ningún gobierno ha tenido una política clara hacia el sector. Está bueno que el Estado, por primera vez, piense en algunas cosas para desarrollar la industria editorial”.