El Movimiento de Mujeres Indígenas por el Buen Vivir denuncia en una campaña la persistencia del “chineo”: las violaciones a niñas, niños y mujeres de naciones indígenas por parte de hombres criollos.
“¿Sabías que en Argentina, aún hoy, hombres criollos violan, torturan y matan a mujeres y niñas indígenas?”, interpela uno de los afiches de la campaña, que se replica en redes sociales con el hashtag #BastaDeChineo.
En el video parte de la iniciativa de visibilización se recogen testimonios de mujeres que han sufrido el “chineo”.
Las voces de quienes sufrieron “chineo”
“Mi hija apenas cumplió los 15 años cuando le quitaron la felicidad y la inocencia”, relata la mujer desde Salta, y destaca que a partir de esa experiencia su hija “siempre tuvo miedo, ya como que nunca, nunca más va a estar tranquila”. La adolescente desapareció el día de su cumpleaños. “La secuestraron de la comunidad y se la llevaron a Rivadavia Banda Sur. Después a Tartagal, y la iban a mandar a Formosa y después a Jujuy para hacerla prostituir. Pero agradezco a Dios infinitamente que por las oraciones una ayudante de esas personas la dejó salir. Y hoy está con nosotros pero con ese problema del miedo”. La mujer convocó a las personas mayores a “proteger a los niños (…). Entre todos podemos decir basta, que se termine esto que es, digamos, del diablo. Porque así decían nuestros ancestros, ahatay es el diablo, que son los criollos”.
“Mi niña Irupé, de solo 7 años, jugaba a que era una doctora, soñaba con cantar. De pronto su sonrisa se borró y en su mirada escondía un gran dolor. Un dolor causado por tres personas, de buena familia, según decían. Dos hombres blancos la violaron y una mujer era cómplice, la amenazaba que si hablaba mataba a su familia. Y la amenazaba, la hacía sentir nada, le decía que se lo tenía merecido porque era igual que su madre. Basta de chineo. No más sonrisas borradas de las niñas y de los niños. No más sueños rotos por culpa de los blancos. Basta de chineo.” Cuenta y reclama otra mujer.
“Hoy tomamos las manos de nuestras ancestras heridas, humilladas” para pedir justicia, sostiene la campaña. Una de las mujeres habla sobre su ancestra: “A mi abuela siempre le dolía la panza. Y siempre me cuidaba demasiado, hasta que un día me contó que a sus 9 años la violaron. Un grupo de hombres blancos la violó. Ella fue víctima de ‘chineo’. Es un crimen racista y patriarcal, que desde entonces continúa en los territorios”.
“Tomo las manos de mi madre y de las voces que siempre callaron pero seguramente también fueron víctimas de ‘chineo’”, dice otra de las mujeres indígenas. Cuenta que su madre “desde muy chica fue criada en distintas casas, con distintas personas y distintas familias”. Y si bien “fue protegida por algunos hermanos”, por “la forma en que ella se comportaba y nos decía que el blanco siempre era dañino, yo siempre pensé que ella fue víctima de ‘chineo’, aunque ella nunca lo haya dicho. Hoy de grande me doy cuenta que en sus cuidados y en todo lo que nos decía, que nos cuidáramos, tengamos cuidado con esto y con aquello, nos estaba guardando de esto, del forzamiento como ella siempre decía, que así hablaba de la palabra ‘chineo’”.
Por Elena Corvalán. Foto: Leandro Rodríguez. Agencia Presentes