“El otro lado. Retratos, fetichismos, confesiones” reúne una selección de textos de no ficción de la escritora y periodista Mariana Enriquez bajo la edición de Leila Guerriero y compone un libro fundamental que recorre las obsesiones y los temas que, durante las últimas dos décadas, la celebrada autora de “Nuestra parte de noche” viene escribiendo en torno a la contracultura, la juventud y su universo más íntimo.
Con un tamaño monumental de 700 páginas, la recopilación de “El otro lado” representa un corpus vasto y considerable pero no acabado del trabajo de no ficción de Enriquez (1973, Buenos Aires) -sobre todo hay artículos publicados en el diario Página/12, también hay textos en otros medios, prólogos, conferencias- y recorre un camino paralelo al de su obra literaria, compuesta por títulos como “Las cosas que perdimos en el fuego”, la premiada novela “Nuestra parte de noche” y la exquisita biografía de Silvina Ocampo “La hermana menor”.
A veces periodísticos, otros más críticos, subrepticiamente ensayísticos, como bitácora o diario personal, los textos que amalgama este libro publicado por el sello de la Universidad Diego Portales fueron elegidos por la periodista Guerriero, quien estuvo al cuidado de la edición. No hay prólogo ni palabras preliminares, tampoco cronologías, los textos gravitan en torno a ejes temáticos como mundo privado, dioses oscuros, clásicos, fetichismos o retratos, como se agrupan algunas de las secciones.
Y si bien no hay una línea de tiempo, “El otro lado” arranca con una confesión iniciática sobre la escritura. “Cómo empecé” se llama el texto, leído por la autora en una conferencia que dio en Chile en el año 2018: “No escribí mi primer novela porque quería ser escritora, ni porque quería publicar, ni porque conocía a escritores y los admiraba y quería ser como ellos. La escribí porque no encontraba nada ni nadie que contara lo que me pasaba…”.
Mientras ese mundo privado condensa muchos de los textos y la autora expone su mirada -o sus miradas, porque son treinta años- sobre drogas, maternidad, amigos, aborto, literatura, también este libro se hace de la fascinación de Enriquez: de sus obsesiones góticas, punk, del under, antisistemas, los movimientos contraculturales, así como también su devoción por la escritura: la forma de construir un retrato o un perfil, de hilar referencias sobre cine, música y literatura o de dar lugar a una anécdota del orden de lo inesperado.
Milena Heinrich, Télam