A 12 años del terremoto en Haití

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Hace 12 años, Haití sufrió la peor catástrofe de su historia: un terremoto con magnitud 7,0 a 15 kilómetros de Puerto Príncipe dejó cerca de 350.000 muertos y por lo menos 300.000 heridos.

Por este episodio devastador, un millón y medio de personas perdieron sus casas. Hospitales, escuelas y edificios públicos se derrumbaron y las pérdidas económicas en ese momento se alcanzaron a calcular en 4.400 millones de dólares.

Médicos Sin Fronteras (MSF) fue testigo de ese terremoto y brindó atención en salud para más de 350.000 personas durante el primer año. La organización médica, presente en ese país desde 1991, ha sido testigo de los efectos de esta crisis humanitaria que se ha agravado desde mediados de 2018.

El asesinato del presidente de Haití, Jovenel Moïse, solo acrecentó la inestabilidad de la situación económica y social. En 14 de agosto de 2021, el país sufrió un nuevo terremoto que dejó un saldo de 2.200 muertos y cerca de 12.000 personas heridas.

Durante el segundo semestre, se agravaron los enfrentamientos armados entre diversos grupos y los ataques a barrios, mientras la gente sufre las consecuencias de la violencia indiscriminada, incendios de viviendas y saqueos. Mientras tanto, la escasez de alimentos y combustible provocada por las tensiones en el puerto ha amenazado los servicios vitales, incluido el acceso a la atención médica.

Según el Banco Mundial, el 60% de la población vive en condiciones de pobreza y los índices de desempleo alcanzan un 70%, lo que ubica al país dentro de los más pobres del mundo.

¿Cómo ha sido el trabajo de MSF en Haití?

El 14 de agosto de 2021, el mismo día del terremoto, Médicos Sin Fronteras abrió un centro de emergencia ubicado en Puerto Príncipe para estabilizar a los sobrevivientes. Adicionalmente, amplió la capacidad de su hospital de Tabarre para ayudar a las personas a recuperarse de traumas físicos y emocionales. En los primeros ocho días, este centro atendió a 133 sobrevivientes del terremoto y a otros 152 pacientes. En 2019, este mismo centro atendió a un promedio de 2.450 pacientes al mes.

Además de trabajar con continuidad desde 2012 en Puerto Príncipe — atendiendo a pacientes con quemaduras y lesiones graves — MSF ha trabajado en Port-a-Piment, en la provincia sur de Haití, en donde ha prestado atención materna y de salud reproductiva. La situación de inseguridad en el país, además de generar problemas de abastecimiento y movilidad, ha causado una serie de desplazamientos internos. Hasta el pasado mes de junio, 15.000 haitianos habían sido desplazados por la violencia.

El sur de Haití fue una zona gravemente afectada tras el terremoto y las instalaciones de hospitales y clínicas sufrieron daños graves, lo que dificultó la atención de pacientes en áreas rurales. En la zona de Les Cayes, por ejemplo, los equipos de MSF brindaron atención en cirugía, post operatorios y salud mental. También se pusieron en marcha clínicas móviles para las comunidades de zonas rurales que no tienen acceso a servicios de salud, llegando a atender a más de 100 pacientes cada día.

En el proyecto de Les Cayes trabaja Diana Galindo, médica colombiana que ha brindado atención médica con MSF en países como Bangladesh, Irak, República Democrática del Congo, Libia, Yemén, Malí y Perú.
“Pasaron 12 años desde el terremoto y sigue siendo evidente que el Estado no está presente en diferentes áreas de la sociedad. Para acceder a los servicios de salud, por ejemplo, es necesario pagar y la oferta de educación pública es mínima. Al tener muchos servicios privatizados y con altas tasas de desempleo, la situación de la población se vuelve muy tensa y difícil”, señala.

“Los secuestros en las calles son cada vez más frecuentes, así como las extorsiones a políticos y comerciantes. Las bandas delincuenciales, de hecho, son las que muchas veces bloquean el acceso a alimentos o a gasolina, como sucedió durante el 2021” comenta Diana y agrega: “la crisis por gasolina ha afectado a los centros de salud de MSF, los cuales en algunos momentos han estado cerca de dejar de funcionar al no contar con gasolina para los generadores. La electricidad pública, de hecho, solo funciona tres horas en las noches”.

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