La tasa de mortalidad de niños de hasta cuatro años entre los indígenas de Brasil es más del doble que la del resto de la población infantil.
Así lo muestra el informe final de un estudio elaborado por el Núcleo Ciência Pela Infância (NCPI), una organización no gubernamental que moviliza a investigadores de distintas áreas y cuenta con la colaboración de diferentes instituciones científicas.
El documento revela datos para el periodo comprendido entre 2018 y 2022. En el último año de esta serie, por cada mil nacidos vivos entre los indígenas, murieron 34,7 niños menores de cuatro años. La tasa es 2,44 veces la registrada entre el resto de la población brasileña. Considerando los niños no indígenas, hubo 14,2 muertes por cada mil nacidos vivos en 2022.
En los demás años de la serie, la situación es similar: la mortalidad entre los indígenas siempre fue más del doble. La menor diferencia se registró en 2020. En ese año, hubo 29,6 muertes infantiles por cada 1.000 nacidos vivos, es decir, 2,4 veces más que la tasa de 12,3 registrada para el resto de la población.
Los datos demuestran que los indígenas viven en un escenario inadecuado, teniendo en cuenta los objetivos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Aprobada en una asamblea celebrada en 2015 con la participación de 193 países, la Agenda 2030 incluye 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) para erradicar la pobreza y lograr un mundo mejor para los pueblos y las naciones.
En el caso de la mortalidad de menores de cinco años, la meta es reducirla a menos de 25 muertes por cada 1.000 nacidos vivos. “Aunque este nivel ya ha sido alcanzado por los niños brasileños no indígenas, todavía es una realidad lejana para la población indígena del país”, afirma el estudio.
Si nos fijamos en las muertes neonatales, también hay una diferencia significativa. Entre los indígenas, 12,4 bebés de hasta 27 días murieron por cada mil nacidos vivos en 2022. Esta tasa fue de 8 entre el resto de la población.
Según la Agenda 2030, el objetivo es reducir la mortalidad neonatal a por lo menos 12 por cada mil nacidos vivos. En este caso, el objetivo tampoco se ha alcanzado aún entre la población indígena.
Titulado “Desigualdades en la salud de los niños indígenas”, el estudio elaborado por la ONG fue el 12º de una serie que aborda cuestiones relacionadas con el desarrollo de la primera infancia.
Agencia Brasil