La lana de guanaco tiene potencial para insertarse en el mercado de las fibras de lujo. Se trata de una de las fibras más finas del reino animal, muy similar a la de la vicuña, y tiene una oferta de 200 dólares por kilo en bruto, cuando se cumplen estrictos protocolos de buenas prácticas de manejo.
Por este motivo, las empresas muestran interés en comprar la lana de guanaco bajo certificaciones que garanticen el bienestar de los animales durante los procesos de obtención de la fibra y de producción de fauna silvestre.
En este contexto, a partir de un convenio de asistencia técnica, especialistas del CONICET, junto con la Estancia “La Rosa” (Chubut), llevan adelante distintas actividades con el objetivo de implementar el aprovechamiento sustentable de los guanacos silvestres, mediante la esquila en vivo. En este marco, promueven herramientas técnicas y de gestión para que el manejo de este camélido se instale como modelo de producción complementaria al de la ganadería y, así, contribuir al desarrollo productivo y económico de diversas regiones del país.
El investigador del CONICET Pablo Carmanchahi, del Instituto de Investigaciones en Biodiversidad y Medioambiente (INIBIOMA, CONICET – UNCo), explica sobre el proyecto: “Empezamos en octubre del año pasado, realizamos un primer estudio que tiene que ver con evaluar la factibilidad de realizar las experiencias de manejo en la estancia La Rosa. En ese primer trabajo hicimos relevamientos poblacionales, ya que es el momento que la normativa autoriza el manejo de los guanacos y establecer densidades pre-esquila -autorizadas en dos períodos diferentes en la primavera y verano-, determinar la ubicación de los animales para elegir el sitio de colocación de una estructura para la captura y esquila, y evaluar las posibilidades logísticas del campo. En una segunda campaña, en marzo, hicimos tres o cuatro arreos experimentales, para determinar cuáles son sus vías de escape y ver si podíamos llevar a los animales hasta el lugar donde nosotros queríamos poner la manga”.
Para avanzar en sus objetivos, comenzaron a construir los prototipos de estructuras necesarias para realizar el manejo de los guanacos, enmarcado en protocolos de buenas prácticas, con herramientas específicas o estructuras que son diferentes a las utilizadas en general para el manejo de ovejas.
“El tema de la esquila de guanacos en silvestría, con buenas prácticas, me pareció una alternativa complementaria, novedosa. Impulsamos el desarrollo de la misma y ponemos compromiso para dar inicio a la posibilidad de una producción mixta entre la fauna y la ganadería; buscamos que más productores se sumen a esto. La idea es desarrollarla y plantearla como alternativa”, sostiene Tobías De Lillo, productor que está a cargo del establecimiento “La Rosa”.
Además, señala que la firma del convenio y trabajar con actores del sistema científico, “nos permite tomar al guanaco, que es considerado como un problema como parte de una solución”. Debido a la amplia distribución del guanaco y abundancia, su utilización tiene la potencialidad de incrementar la rentabilidad de la tierra a través de su aptitud para usos alternativos y complementarios.
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