Destacan rol de corredores de bosque nativo en Misiones

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Investigadores del CONICET comprobaron, a través de un reciente estudio realizado en la provincia de Misiones, la efectividad de los corredores de bosque nativo en la conservación de la biodiversidad.

La investigación, publicada en la revista Forest Ecology and Management, analizó cómo estos espacios, que las empresas forestales deben preservar por ley, influyen en la presencia de anfibios, aves y mamíferos en un paisaje heterogéneo de plantaciones de pino y eucalipto intercaladas con remanentes del Bosque Atlántico.

El estudio fue impulsado desde el Observatorio de Biodiversidad del Bosque Atlántico (OBBA), del que participan equipos del Instituto de Biología Subtropical (IBS, CONICET-UNaM). Los resultados constituyen un importante insumo para la toma de decisiones tanto en materia de conservación ambiental como para el sector empresarial.

Los corredores de bosque nativo son áreas lineales de vegetación nativa que conectan fragmentos de bosque, actuando como vías de comunicación y hábitat para diversas especies. En paisajes de plantaciones forestales, la preservación de estos corredores por parte de las empresas es crucial ya que facilitan el movimiento de la fauna entre los parches de bosque remanente, reduciendo el aislamiento de hábitats.

“Este estudio surgió a través de un servicio técnico que brindamos a una empresa -explica Elena Gangenova, investigadora del CONICET en el IBS y primera autora del estudio-. Es una colaboración que permite generar conocimiento útil para la planificación de un desarrollo productivo que incluya en sus términos la conservación de la biodiversidad”, señala la investigadora, enfatizando la importancia de esto, en un momento crítico de pérdida de biodiversidad global.

“Nos interesaba conocer el rol de los corredores como herramienta para la protección de la biodiversidad misionera, que hasta ahora no se había evaluado”, dice Gangenova. “Los resultados nos sorprendieron porque si bien teníamos ciertas hipótesis sobre los ambientes, no esperábamos la efectividad que los corredores mostraron para sostener la biodiversidad dentro del paisaje forestal”, añade.

El trabajo de campo, realizado entre 2021 y 2022, se basó en el uso de métodos de muestreo pasivos, como grabadores acústicos y cámaras trampa, para registrar la presencia de diversas especies en bosques continuos, corredores de bosque nativo y plantaciones de pino y eucalipto. El muestreo fue realizado con equipamiento adquirido a través de la conformación del Observatorio, que incluye más de 200 cámaras y grabadores ocultos en bosque nativos y plantaciones, lo que permitió abarcar una escala de trabajo mucho mayor que en estudios previos.

CONICET Noticias

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