La primera vez que pensó en hacer una transición de género, Fran Bubani ya sabía a lo que debería enfrentarse. Graduada de una carrera a la que denomina “machista” y en el ámbito de una institución a la que percibe como “históricamente patriarcal”, las posibilidades que tuvo para hacer visible su experiencia fueron casi nulas.
Si las personas trans siguen siendo el punto ciego de la ciencia, el dato que nunca llega a aparecer entre las estadísticas que muestran las desigualdades por género, esto tiende a radicalizarse en el ámbito de las ciencias duras. Allí pertenece Bubani, que se graduó en Ingeniera Mecánica y actualmente es Investigadora Asistente del Conicet en el Centro Atómico de Bariloche y la primera mujer “visiblemente trans” en el Instituto Balseiro en esa ciudad.
“Decir que soy la primera trans visible significa que seguro hay más personas que no se identifican con el género asignado al nacer, pero que deciden no hacerlo público porque no se sienten protegidas. Tampoco conozco a nadie más que haya hecho una transición social y cambiado su DNI aquí adentro”, cuenta Fran a Presentes.
Nacida en 1980 en Belo Horizonte (Brasil), Fran comenzó sus estudios en Ingeniería Mecánica en la Universidad Federal de Mina Gerais cuando todavía no sabía que su deseo sería realizar una transición de género. “Por entonces seguía viviendo como hombre. En ese momento me preocupaba la salida laboral y pensé que Ingeniería sería una buena carrera para insertarme en el mercado. La Ingeniería Mecánica es un ambiente machista, gobernado por hombres, del cual diría que es un ambiente hostil”.
Su primera parada en Argentina fue en 2008, cuando comenzó su Doctorado en el Balseiro, donde comenzó a cuestionarse sobre su propia identidad de género. Pasaron algunos años hasta que pudo llevar a cabo la decisión de transicionar. “Mi proceso empezó en 2015 y fue lento”.
Finalmente, en 2016 y tras realizar un posdoctorado en Brasil, volvió a Argentina para instalarse definitivamente con un cargo como Investigadora Asistente del Conicet. “Yo no sabía si iba a hacer una transición completa o no. Comencé a cambiar mi cuerpo de a poco, a hablarlo con algunas personas, me comuniqué con la Asociación de Travestis, Transexuales y Transgéneros de Argentina (ATTTA), pero por ese entonces intentaba no llevar lo que sucedía en mi vida privada a mi lugar de trabajo”.
“En Bariloche no hay una casa LGBTI+, no hay bares LGBTI+, y la diversidad está muy tapada. Lo que se hace cada tanto es una fiesta cerrada en algún lugar alquilado, pero no se hace todos los meses y no es público”, cuenta Fran. Por eso, cuando tomó la decisión de transicionar, recurrió al Equipo de Diversidad Sexual e Identidades de Género de la Municipalidad de Bariloche para que la apoyaran. “Ellxs me ayudaron durante todo el proceso y estuvieron muy presentes”.
Alejandra Zani. Agencia Presentes