El periodismo como instrumento del lenguaje y la comunicación como ciencia para la producción y reflexión de sentidos, son un hermoso lugar de incomodidad que expresa el sentir de su pueblo.
Y serán siempre los derechos y las garantías de las mayorías, al igual que la búsqueda de la verdad, los insumos para la creación de contenidos informativos, educativos y de entretenimiento, aunque la concentración mediática, en manos de grupos económicos que reproducen el capitalismo más salvaje, se empeñe en convencernos de lo contrario.
Cuando la OMS el pasado 11 de marzo afirmó que el COVID-19 puede considerarse una pandemia, las preocupaciones y alarmas se hicieron presentes. La palabra pandemia no resulta encantadora para nadie, y su mala utilización puede generar pánico y aumentar la crisis social y sanitaria, por lo que los medios de comunicación deben producir contenidos que colaboren con el desarrollo integral de las personas, al servicio de la vida en equilibrio con el ambiente, la educación y la salud.
Rápidamente las instituciones universitarias, organizaciones de comunicación popular, la defensoría del público, entre otras, proporcionaron protocolos de cómo abordar la información sobre la crisis sanitaria más triste para muchos y muchas, donde la clave radica en comunicar para contribuir al sostenimiento de la confianza; En difundir información socialmente relevante proveniente de fuentes oficiales y especializadas en la temática; En promover mensajes que combinen la rigurosidad científica con un vocabulario sencillo para garantizar el acceso y la comprensión; En evitar la espectacularización de historias más dramáticas y respetar los derechos personalísimos, como así también erradicar de una vez y para siempre las miradas estigmatizante y/o discriminatoria sobre determinados colectivos sociales.
Aunque éstos principios periodísticos deberían ser materia corriente en una sociedad democrática, y no producto de una declaración excepcional por la pandemia, fue y seguirá siendo preciso clarificarlos mientras los medios de comunicación sigan controlados por monopolios y al servicio lucrativo de empresas: Martín Becerra, estudioso de la concentración mediática, sostiene que en la actualidad son 4 los grupos económicos que poseen el 74% de los diarios, más del 56% de la audiencia en tv abierta y más del 53% de las radios en Argentina. Por lo que hoy, a mitad de año, y aún en “aislamiento social, preventivo y obligatorio” implementado como medida excepcional por el gobierno nacional ante la crisis, se evidencia que la lucha por la comunicación sigue siendo desigual e irresponsable, se visibilizan las muertes, la criminalidad, las injusticias, se convoca a marchas, se demoniza la cuarentena por ser la más larga del mundo, y por generar pérdidas económicas, entre noticias falsas y pagas.
La lucha por la vida que llevamos adelante quienes estamos en nuestras casas, quienes producimos y comunicamos en base a derechos y garantías para las mayorías, quienes contribuimos al desarrollo integral de las personas, llevamos como bandera la necesidad de una comunicación que se sustente y contribuya a una sociedad con justicia social, que tensione las estructuras patriarles, coloniales y capitalistas.
Necesitamos ahora más que nunca una comunicación y una salud que se aborden como derechos humanos, donde su importancia recíproca permita aconsejar e indicar el lavado de manos y desinfección de espacios comunes, a la par que se investiga y denuncia la falta agua y de suministros indispensables para una vida digna, desenmascarando las redes de corrupción existentes. El vínculo indispensable entre las ciencias de la salud y de la comunicación aportan y complejizan a la nueva sociedad que debemos colectivamente repensar, entendiendo que “la salud” puede ser un horizonte, un proyecto de mundo que nos une. Debora Ferrandi, parafraseando a su maestro el Dr Floreal Ferrara, invita a pensar a la salud como la capacidad singular y colectiva para luchar contra las condiciones que limitan la vida. No se trata de eliminar microbios, ni de enseñarle a la gente cómo tiene que vivir, sino de la capacidad de luchar, de desear cambiar lo que produce sufrimiento, lo que limita la vida.
Como pedagoga y comunicadora de la Universidad pública, trabajo desde hace más de 4 años en instituciones de salud en Santa Rosa, La Pampa, en relación directa con los/las trabajadores de la salud y estudiantes de 4to año de la licenciatura en comunicación social, problematizando ambos campos de saber determinantes para la vida en sociedad, entender el abordaje de la salud desde la comunicación permitió elaborar estados de situación y diagnósticos participativos de los servicios de salud públicos del hospital de mayor complejidad de la provincia, como así también de postas de salud en los barrios más alejados del casco urbano.
El 5 de diciembre pasado, llevamos adelante junto al equipo de salud del barrio “Zona Norte” las 3ras Jornadas de Comunicación y Salud, convencidos que el lavado de manos, la higiene de las personas, una alimentación saludable y una educación sexual integral desde temprana edad es indispensable para vivir bien, sin imaginar nunca que tres meses más tarde se declararía una pandemia que nos confinaría al aislamiento y que esos equipos de salud se convertirían en héroes de todos y todas.
Desde entonces se evidenció un aprendizaje muy importante, que no viene a develar nada que ya no se haya dicho, sino que fortalece las convicciones de quienes desde la comunicación y la salud intervenimos para propiciar la recreación vínculos, de redes sociales del territorio, que buscan mejorar las condiciones de vida y generar vínculos capaces de operar sobre los problemas, aumentar la autonomía, y transmitir afecto. Generar procesos sentipensantes y transformar nuestros vínculos nos constituye en sujetos de cambio, nos da salud.
Los y las invitamos a conocer la experiencia de comunicación y salud realizada por IntercomUnlpam, que lejos de ser ejemplar solo pretende aportar ideas, opiniones, aprendizajes y vínculos para abordar la importancia de la comunicación y salud en nuestros barrios https://intercomunlpam.com/2020/03/31/3era-jornada-de-comunicacion-y-salud-zona-norte/
Anabel Pascual. Lic. en Comunicación Social con Orientación en Periodismo
Artículo publicado por la Facultad de Humanas, UNLPam