Unos días después del asesinato de Giulia Cecchettin y con motivo del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer (25 de noviembre), la artista callejera italiana Laika viajó a Ciudad Juárez en México, conocida por ostentar el triste récord de mayor número de feminicidios en el mundo, para crear la nueva obra “Vivas nos queremos!”, inspirada en el histórico grito feminista.
De hecho, en los últimos treinta años, sólo en Juárez, en el estado de Chihuahua, han sido asesinadas más de 2.300 mujeres.
La obra de la artista es un grito de dolor y denuncia, llena de detalles y referencias políticas: retrata a una militante feminista con el rostro cubierto y el puño en alto en señal de lucha, rodeada de rosas y una cruz rosa, para recordar a Giulia Cecchettin y a “todas las que no regresaron a casa”.
En su camiseta aparece la famosa frase “Ni Una Más” de la poeta Susana Chávez, que se ha convertido en sinónimo de la lucha por la mujer en todo el mundo.
El brazo de la mujer, sin embargo, se caracteriza por tatuajes que rinden homenaje a la organización militante transfeminista italiana “Non Una di Meno” (Ni una menos) y a la casa de mujeres “Lucha y Siesta” de Roma, que en 15 años ha acogido a más de 1.000 mujeres y que la región del Lacio amenaza con desalojar.
En la parte superior derecha aparece el gran símbolo de la asociación “Nuestras Hijas de regreso a casa”, fundada en Ciudad Juárez por la maestra activista Marisela Ortiz y Norma Andrade, madre de Lilia Alejandra, desaparecida el 14 de febrero de 2001 y hallada muerta en un terreno abandonado una semana después. En la parte inferior está escrito “¡Vivas nos queremos!”.
“Estar en Ciudad Juárez representa para mí una declaración de guerra contra la violencia machista, una plaga mundial que debe ser erradicada”, declara Laika.
“En mi país, una mujer es asesinada aproximadamente cada tres días, mientras que en México las mujeres son asesinadas aproximadamente 11 por día; ¡es inaceptable! Mi cartel es un grito de guerra que nos insta a luchar juntos, desde Italia hasta México. En Juárez, el Estado conoce a los culpables, sabe dónde viven, pero quedan impunes, lo que alimenta más violencia. El feminicidio aquí es estructural, sistémico”, sostuvo.
Ansalatina