A partir de 2026, la Fuvest, fundación responsable del proceso de admisión en la Universidad de São Paulo (USP), tendrá por primera vez una lista de lectura obligatoria con obras escritas por mujeres autoras de lengua portuguesa. Esta iniciativa, dice la USP, busca valorizar el papel de la mujer en la literatura, no sólo como personaje, sino como autora.
En el momento del anuncio, el año pasado, la presidenta del Patronato de Fuvest y vicerrectora de la USP, Maria Arminda do Nascimento Arruda, justificó la decisión diciendo que muchas de estas escritoras “han sido objeto de décadas de invisibilidad por el hecho de ser mujeres”.
Para Lella Malta, fundadora y coordinadora de Escreva, garota!, un grupo de apoyo, compromiso y formación para mujeres que escriben, la invisibilidad femenina en la literatura sigue muy presente en la sociedad brasileña. “El borrado de la escritura femenina es un fenómeno que todavía existe”, dijo en una entrevista con Agência Brasil durante la Fiesta Literaria Internacional de Pelourinho (Flipelô), en Salvador de Bahía.
“Creemos que se ha acabado, pero basta mirar las estanterías para ver que seguimos leyendo más autores hombres. Los propios acontecimientos del mercado editorial lo hacen [valoran más la escritura masculina]. Y a las mujeres nos pasa eso del autosabotaje, de pensar que nunca somos suficientes. Creo que tenemos que trabajar sobre esa mujer, esa futura escritora, para que tenga valor, más autoestima, y llegue a ese mercado con más profesionalidad. La escritura es un instrumento de empoderamiento femenino y ésta es la bandera que enarbolamos dentro del proyecto”, explicó.
Para ella, el acto de escribir tiene mucho simbolismo y significado para las mujeres. “Escribir prolonga nuestra existencia. Creo que eso es muy bonito: que dejemos algo para estas mujeres que vendrán después de nosotras, como tantas han dejado ya para nosotras. Y también aporta autoestima. Además, es importante exponer nuestra visión del mundo. Durante mucho tiempo hemos visto a los hombres hablar de cómo somos y de lo que sentimos. Pero creo que ahora nos toca a nosotras decir: bueno, no es así, somos un poco diferentes de lo que han visto”, añadió.
Agencia Brasil